La línea de investigación reseñada en esta plática, se construye sobre aproximadamente 15 años de mi trabajo en complejidad socio-ecosistémica.

Como otros términos modernos importantes en la Ciencia, la salud de los ecosistemas es un concepto difuso que se ha definido varias veces desde finales de los 80s. Esta diversidad conceptual ha dado lugar a diferentes formas de medirlo, lo que a su vez ha generado una amplia gama de narrativas relacionadas con la salud de los ecosistemas. En la literatura ecológica se ha tendido a identificar la salud de los ecosistemas con su
integridad ecológica que corresponde a caracterizar el estado de salud. Sin embargo, a través de nuestro trabajo paralelo en temas de salud humana, hemos identificado que esto es insuficiente y hemos construido un marco más general que incluye también su dinámica (criticalidad) y la forma en cómo responden a las perturbaciones (antifragilidad). Así pues, por más descabellado que en un principio pueda sonar, la física teórica y matemáticas aplicadas, tienen mucho que decir acerca de la salud de los ecosistemas, entendidos tradicionalmente; pero también viendo a los organismos mismos como ecosistemas (Eje microbiota-intestino-cerebro); o incluso a la Tierra como el ecosistema planetario.