Chagas: enfermedad silenciosa y persistente

La enfermedad de Chagas es endémica en 21 países de América. Se transmite por picaduras, transfusiones, durante el embarazo o ingestión oral. Aunque la mortalidad ha disminuido, puede causar daños irreversibles en el corazón, el sistema digestivo y el nervioso.

La enfermedad de Chagas es una enfermedad parasitaria causada por el protozoo Trypanosoma cruzi, es endémica en América Latina, aunque se han notificado casos en otras regiones del mundo debido a la migración de personas. Tiene presencia en países como Brasil, Colombia, Venezuela y México.

Una vez que el parásito ingresa al organismo, circula a través del torrente sanguíneo en un estadío conocido como tripomastigote. En un determinado momento se transforma en una forma intracelular llamada amastigote. En esta fase, su objetivo es buscar células hospederas para infiltrarse y establecerse. El parásito se alimentará de la célula una vez que ingresa en su interior.

Dentro de las células, comienza un proceso de reproducción mediante división celular simple. Inicialmente, un tripomastigote se transforma en amastigote y éstos se dividen sucesivamente. La reproducción del parásito sigue este patrón, dependiendo de la cepa del parásito, muestra preferencia por ciertos tipos de células, puede buscar tejido muscular liso, órganos abdominales o incluso músculo cardíaco. En el caso de la cepa prevalente en México, hay una orientación por el músculo cardíaco. Por lo tanto, el parásito se establece en las células del corazón donde comienza su proceso de reproducción.

La transmisión de la enfermedad de Chagas se produce principalmente a través de la chinche besucona –que tiene un comportamiento particular al picar y defecar, siendo este último acto una posible vía de inoculación del parásito al rascarse la persona afectada–, también de madre a hijo durante el embarazo, por transfusiones de sangre contaminada, trasplantes de órganos infectados, o por consumo de alimentos contaminados con heces de este insecto. Este padecimiento pasa por dos fases: aguda y crónica; en la primera,  los síntomas pueden ser leves o incluso inexistentes, pero en algunos casos puede haber fiebre, inflamación en el lugar de la picadura, hinchazón de los ganglios linfáticos y otros síntomas. Después de esta fase, la enfermedad entra en una fase crónica, que puede ser asintomática durante muchos años, además, puede pasar desapercibida, ya que los síntomas, cuando aparecen, pueden confundirse con otras afecciones.

Al respecto, la doctora Nidiyare Hevia Montiel está llevando a cabo estudios,  en colaboración con el Instituto de Investigaciones en Ciencias Veterinarias de la Universidad de Baja California, que emplean inteligencia artificial para analizar datos recopilados en modelos murinos. Estos estudios buscan identificar patrones tempranos de la enfermedad en el flujo sanguíneo mediante la utilización de imágenes, ecocardiogramas y electrocardiogramas. El objetivo es mejorar la detección temprana y desarrollar estrategias de tratamiento más efectivas.

 

“La presencia del parásito produce inflamación en el corazón, lo va a empezar a necrosar, y a morir ciertas regiones de tejido, que es donde se alojan los nidos, de tal forma que ya no va a trabajar o a bombear de la misma manera, va a sufrir deformaciones, algunas paredes se van a engrosar y ya no van a tener la misma elasticidad para bombear. Entonces empieza a aparecer arritmias, aparecen patologías cardiacas que pueden terminar en algún impacto culminante del paciente”, explica.

Este proyecto también incluye análisis y estudios de espectros Doppler tanto en el corazón como en las arterias, lo que permite identificar la presencia del parásito en el flujo sanguíneo.

La doctora Hevia subrayó la complejidad del diagnóstico debido a la naturaleza silenciosa de la enfermedad ya que puede permanecer asintomática durante décadas. A pesar de la falta de vacunas específicas, se están explorando fármacos para combatir el Trypanosoma cruzi. Sin embargo, la atención médica se centra principalmente en niños y jóvenes, ya que el impacto de la enfermedad se manifiesta a lo largo del tiempo. La doctora Hevia subraya la importancia de la concienciación y de los programas de prevención, como la captura y análisis de chinches besuconas para determinar si están infectadas.

Esta investigación representa un esfuerzo integral para comprender y abordar la complejidad de la enfermedad de Chagas, con el objetivo final de mejorar los métodos de diagnóstico y tratamiento, y así reducir el impacto de esta enfermedad en la salud pública.

 

 

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